Durante siglos, los pueblos indígenas de América del Norte han preservado su historia a través del arte. A medida que más y más nativos americanos fueron desplazados por el colonialismo que se expandía hacia el oeste, el arte se convirtió en un vehículo para preservar su cultura y su historia. Su vida diaria quedó registrada a través de pinturas, canciones, historias y bailes.
El arte nativo americano es a la vez funcional y hermoso, actúa como un puente hacia las culturas indígenas y ofrece una perspectiva única sobre su historia. Estas obras enriquecen las vidas de todos los estadounidenses, proporcionando una ventana al mundo a través de los ojos indígenas.