La empresa Milan fundada en 1918 en Barcelona, no se quedó atrás de los
avances con respecto a la goma de borrar y lanzó ese mismo año la goma
"miga de pan" a base de caucho sintético y con un olor muy tentador pero
tuvieron que quitarle "ese olor" para evitar que los niños se las comieran.
La "goma del artista" se usó por primera vez en 1903 y se registró en EEUU. Es
muy suave y se desmorona con el uso, adecuado para limpiar grandes
superficies sin dañar el papel. El grafito eliminado se queda en las migajas,
dejando la goma limpia pero con mucho residuo sucio de grafito sobre el papel
o mesa de trabajo.
En la actualidad, la mayoría de las gomas de borrar están hechas de vinilo.